Algunos datos sobre Oaxaca..

Oaxaca de Juárez es una ciudad rica en cultura, tradiciones y anécdotas. Aquí te comparto algunas historias y curiosidades:

El origen del nombre Oaxaca:

El nombre “Oaxaca” proviene del náhuatl Huāxyacac, que significa “en la punta del huaje”, refiriéndose a un árbol típico de la región. La ciudad fue fundada por los aztecas en 1486 como un puesto militar para proteger la entrada a las tierras mixtecas y zapotecas.
 

El túnel secreto del Templo de Santo Domingo:

Una de las anécdotas más conocidas es la leyenda de un túnel secreto que conecta el Templo de Santo Domingo con el cerro del Fortín, donde se encuentra la antigua fortaleza de la ciudad. Se dice que este túnel fue construido por los dominicos para escapar en caso de una revuelta indígena. Aunque nunca se ha comprobado la existencia del túnel, la leyenda sigue viva entre los habitantes.

La Guelaguetza:

Uno de los eventos más emblemáticos de Oaxaca es la Guelaguetza, una celebración que tiene sus raíces en las tradiciones prehispánicas. Durante la Guelaguetza, las comunidades indígenas de Oaxaca se reúnen en la ciudad para compartir sus danzas, música y costumbres. Una anécdota interesante es que, a lo largo de los años, han surgido varias versiones sobre cómo surgió la tradición de la Guelaguetza, algunas relacionadas con la diosa del maíz, Centeotl, y otras con las celebraciones en honor a la Virgen del Carmen.

El ex convento de Cuilápam de Guerrero:

A las afueras de Oaxaca de Juárez, en Cuilápam, se encuentra un ex convento dominico famoso por ser el lugar donde fue fusilado Vicente Guerrero, uno de los líderes de la independencia de México. Una anécdota poco conocida es que se dice que, antes de su fusilamiento, Guerrero se negó a recibir la bendición del sacerdote que lo acompañaba, argumentando que prefería morir sin ella.

El árbol de Tule:

En el cercano pueblo de Santa María del Tule, se encuentra un ahuehuete gigante conocido como el Árbol del Tule, que tiene más de 2,000 años de antigüedad. Según la leyenda, el árbol fue plantado por un sacerdote zapoteca que servía al dios del viento, Ehecatl. Una curiosidad es que durante la Revolución Mexicana, algunos soldados intentaron talar el árbol para obtener madera, pero el pueblo se unió para protegerlo, y finalmente, los soldados desistieron.

Estas historias reflejan un poco del encanto y la riqueza histórica y cultural que envuelve a Oaxaca de Juárez.

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Anécdota…noche de rábanos